El aprendizaje en la era digital.
Podemos afirmar que las metodologías tradicionales implementadas por la escuela a lo largo del tiempo, garantizaron que muchos estudiantes accedieran al mundo del trabajo o continuaran el camino de la universidad. Sin embargo, desde hace un par de décadas esta forma de enseñar ha ido perdiendo protagonismo en una sociedad compleja que exige satisfacer nuevas necesidades.
La búsqueda constante de
metodologías emergentes tiene como
objetivo dejar atrás y superar las
limitaciones del aprendizaje tradicional
empoderando al docente y al estudiante y
apropiarse de las tecnologías y recursos multimedia para llegar a convertir la
información en conocimiento, y compartir
dicho conocimiento en una comunidad de aprendizaje conectada, abierta, y
flexible.
En el contexto de la sociedad de la información y
el conocimiento surgen una serie de nuevas concepciones, teorías y enfoques
sobre los procesos de aprendizaje.
El conectivismo
es un tipo de aprendizaje de la era digital haciendo foco principalmente en las características de los recursos
digitales.
Esta teoría insta
que el aprendizaje se encuentra en
la diversidad de opiniones, sostiene que es un proceso de conexión especializada
en nodos o fuentes de la información. El aprendizaje puede residir en
artefactos no humanos, esto nos invita a la necesidad de conocer más, alimentar
y mantener conexiones que nos permitan facilitar el aprendizaje en una sociedad
que presenta una realidad cambiante.
Las herramientas digitales alteran los modos de
aprender y da lugar a otro modo de conocer, caracterizado por las conexiones. En
el marco del conectivismo, un nuevo escenario de aprendizaje se hace cada vez
más relevante, hablamos del concepto de ecología
digital, basado principalmente en conexiones.
El diseño de
ecologías de aprendizaje en el contexto educativo hace referencia al cambio de aprendizaje
humano producido en las últimas décadas.
Es por ello que surgen las siguientes interrogantes: donde aprendemos, cuando, con quién y de quién, cómo, qué e incluso para qué aprendemos.
El párrafo anterior tiene lógica en pensar que las escuelas, como soporte físico ya no son los únicos lugares donde se aprende.
Hoy aprendemos de diversas maneras, en un amplio abanico de contextos e
interacciones entre actores y agentes educativos.
Es por ello que los docentes cada vez deben
hacerse de la idea que estas nuevas herramientas (a favor o en contra) son coherentes con las
exigencias de la sociedad de hoy. En respuesta a esto, Cesar Coll enumera cuatro
(4) rasgos de la ecología del aprendizaje:
- El aprendizaje más que un proyecto escolar, es a lo largo de la vida.
- Las trayectorias personales tienen
como meta aprender lo que necesitamos y nos apasiona.
- La adquisición de nuevos
conocimientos está relacionada con el “aprender a aprender” y no tan solo con
lo que se aprende.
- Se aprende en la diversidad y con la diversidad de estilos, necesidades e inteligencias.
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